El último
poema del milenio.
Escrito
a las 11.45 p.m.
(por si
no se nota ...
estaba
eufóricamente contenta)
El momento ha venido de hacer el inventario
de ley
cuento en el activo, según creo, ochocientos
cincuenta y cuatro poemas
buenos, regulares y malos
un montón incontable de amor y luz
y un puchote de esperanzas
un camión lleno de anhelos
mil nuevas amistades
y mil viejas que se hay ido o se han quedado
En el pasivo cuento
muchos desengaños
demasiados para molestarme en sacar la cuenta
algunas derrotas que caben en la palma de
la mano
y trescientos sesenta y cinco días
de distancia de un tiempo pasado
En el patrimonio estás tú
impertérritamente sólida
algarabía de luz en el mundo de las
sombras
amor que es sin pedir
luz de años por venir.